Las fantasías sexuales forman parte de un terreno de la sexualidad al que no todo el mundo puede o quiere llegar, por varios motivos. Es normal encontrar a alguien que pueda pensar que una fantasía sexual es algo innecesario dentro de la sexualidad, pero seguramente es cierto que la fantasía sexual forma parte de cualquier persona que tenga sexualidad, es decir: todo el mundo.
¿Y por qué existen las fantasías sexuales? Pues para echar una mano en el proceso de la excitación sexual y enriquecer el sexo.
De fantasías hay de muchos tipos: algunas de carácter más explícito, otras más sutiles, más sensuales, más románticas, más eróticas, etcétera. Y cualquier cosa que se puede meter dentro del mundo de la fantasía: un recuerdo, un olor, un sonido, una imagen, una escena completa o parte de ella…
¿Y por qué pueden ser útiles las fantasías sexuales? Pues para iniciar un proceso de excitación sexual, para aumentar el deseo, para fantasear sin ningún objetivo en concreto. Lo que tenemos que diferenciar serían dos tipos de fantasías:
Las que quisiéramos realizar de verdad.
Las que preferimos mantener dentro de nuestra cabeza y no realizarlas nunca, aunque nos excite la idea.
Dentro del mundo de la fantasía se permite cualquier cosa, pero cada persona tiene sus preferencias. Es habitual que una fantasía esté presente en el imaginario de alguien ya que desearía llevarla a cabo, pero también hay ciertas fantasías que revolotean dentro de la cabeza y que pueden aumentar el nivel de excitación pero que se podrían incluir dentro del grupo de las fantasías que no se desearían realizar nunca.
En una sexualidad sana hay espacio para muchas cosas. Una de ellas serían las fantasías sexuales. De hecho, no todo el mundo puede o quiere entrar en el mundo de las fantasías y esto tiene relación con que la capacidad para poder generar imágenes de tipo erótico suele ser mucho más sencillo para aquellas personas que son más creativas, más flexibles y tolerantes a nivel sexual. Esto significa que aquella persona que vive su sexualidad como algo bueno y sano y que disfruta de su sexualidad de una manera saludable, tendrá más facilidad para vivir satisfactoriamente sus fantasías que otra persona que viva con tabúes, vergüenzas y sentimiento de culpa su sexualidad. Estas últimas suelen tener miedo a las fantasías ya que se les hace difícil asimilar la separación que hay entre la ficción y la realidad. Y es precisamente el miedo una de las responsables del empobrecimiento de las fantasías, de la dificultad de flexibilidad y creatividad.
¿Quieres experimentar tus fantasías? ¡Adelante!
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¿Qué son las fantasías sexuales?
03 junio 2017
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Las fantasías sexuales forman parte de un terreno de la sexualidad al que no todo el mundo puede o quiere llegar, por varios motivos. Es normal encontrar a alguien que pueda pensar que una fantasía sexual es algo innecesario dentro de la sexualidad, pero seguramente es cierto que la fantasía sexual forma parte de cualquier persona que tenga sexualidad, es decir: todo el mundo.
¿Y por qué existen las fantasías sexuales? Pues para echar una mano en el proceso de la excitación sexual y enriquecer el sexo.
De fantasías hay de muchos tipos: algunas de carácter más explícito, otras más sutiles, más sensuales, más románticas, más eróticas, etcétera. Y cualquier cosa que se puede meter dentro del mundo de la fantasía: un recuerdo, un olor, un sonido, una imagen, una escena completa o parte de ella…
¿Y por qué pueden ser útiles las fantasías sexuales? Pues para iniciar un proceso de excitación sexual, para aumentar el deseo, para fantasear sin ningún objetivo en concreto. Lo que tenemos que diferenciar serían dos tipos de fantasías:
Las que quisiéramos realizar de verdad.
Las que preferimos mantener dentro de nuestra cabeza y no realizarlas nunca, aunque nos excite la idea.
Dentro del mundo de la fantasía se permite cualquier cosa, pero cada persona tiene sus preferencias. Es habitual que una fantasía esté presente en el imaginario de alguien ya que desearía llevarla a cabo, pero también hay ciertas fantasías que revolotean dentro de la cabeza y que pueden aumentar el nivel de excitación pero que se podrían incluir dentro del grupo de las fantasías que no se desearían realizar nunca.
En una sexualidad sana hay espacio para muchas cosas. Una de ellas serían las fantasías sexuales. De hecho, no todo el mundo puede o quiere entrar en el mundo de las fantasías y esto tiene relación con que la capacidad para poder generar imágenes de tipo erótico suele ser mucho más sencillo para aquellas personas que son más creativas, más flexibles y tolerantes a nivel sexual. Esto significa que aquella persona que vive su sexualidad como algo bueno y sano y que disfruta de su sexualidad de una manera saludable, tendrá más facilidad para vivir satisfactoriamente sus fantasías que otra persona que viva con tabúes, vergüenzas y sentimiento de culpa su sexualidad. Estas últimas suelen tener miedo a las fantasías ya que se les hace difícil asimilar la separación que hay entre la ficción y la realidad. Y es precisamente el miedo una de las responsables del empobrecimiento de las fantasías, de la dificultad de flexibilidad y creatividad.